Jorge Medina, el guardia que obtuvo bronce
→ Jorge Medina, que obtuvo bronce en lucha en los Juegos Bolivarianos, además de entrenar dedica su tiempo diario a trabajar como guardia de seguridad. Sus jornadas laborales, a veces, llegan a las 12 horas.
→ El luchador, de 22 años, se gana la vida en trabajos independientes que muchas veces no duran menos de 12 horas. Aunque nació en Guayaquil, representa a Pastaza.
Jorge Medina recuerda con exactitud la conversación que tuvo con su esposa una noche de septiembre pasado. Antes de dormir, recostados en la cama, ella le hizo una pregunta un tanto existencial que terminó siendo determinante en su carrera deportiva. “¿Cuál es tu sueño?”, le interpeló repentinamente. El luchador, de 22 años, que empezó en esta disciplina a los 16, no dudó y le respondió inmediatamente: “Quiero ser campeón olímpico”, le dijo con la ambición de un soñador. El que parecía un diálogo más entre dos esposos terminó cambiándole la vida a Medina. Esa noche después de horas de reflexión, desechó la idea de retirarse del deporte y al día siguiente retomó los entrenamientos. Un mes después se presentó al selectivo al que convocó la Federación Ecuatoriana de Lucha para conformar el equipo de los Juegos Bolivarianos 2017 que se disputan en Santa Marta. Aquella decisión dio sus frutos la tarde del martes pasado, cuando Jorge se colgó la medalla de bronce en la división 125 kilogramos, en el coliseo del colegio Inem Simón Bolívar de la ciudad del Caribe colombiano. Allí venció al panameño Rodolfo Waithe en la modalidad libre. El resultado no está nada mal para Medina, considerando que es su primera participación en un torneo del Ciclo Olímpico. Y espera que no sea la última. ¿Qué lo había llevado a tomar la decisión de abandonar el deporte definitivamente? Medina se gana la vida trabajando como guardia de seguridad independiente. Es guayaquileño, pero está radicado en Puyo (Pastaza), donde obtiene contratos eventuales para brindar seguridad en discotecas, bares, restaurantes y eventos. Medina no forma parte del Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte, por ende, la lucha no le representa ningún ingreso económico adicional. Por eso a veces deja los entrenamientos para trabajar y así subsistir con su esposa y sus dos pequeñas hijas. Sus jornadas laborales, cuenta, no duran menos de 12 horas, por eso termina más extenuado que cuando entrena o lucha sobre el tapiz. Apenas le sobra tiempo para consentir o jugar con sus retoños y atender los asuntos de la casa. Cuando hay trabajo, va a donde se lo piden, aunque salga de su localidad. En una ocasión fue contratado en Baños para dar seguridad en una discoteca durante un feriado. En esa ocasión, tres hombres borrachos empezaron a insultarlo y a decirle frases racistas porque no los dejaba ingresar en ese estado. Él los miró mal, como una advertencia, pero insistieron en las ofensas, así que les dio un manazo. Los tres individuos se retiraron inmediatamente sin hacer más reclamos. No volvieron por más. Su apodo es una contradicción total. Le dicen ‘Chiquitín’, pero mide casi dos metros y pesa cerca de 270 libras. Fueron sus compañeros de equipo quienes lo bautizaron así. Pero su figura intimidante contrasta con su personalidad amable. El pasado martes desbordaba alegría como un niño que recibía dulces cuando un delegado de la Organización Deportiva Bolivariana (Odebo) le colgó en el cuello la medalla de bronce. Jorge se inclinó más de lo normal para no dejarlo en ridículo. A escala nacional, es invencible. En su historial registra solo una derrota ante Cristian Estrella, luchador de Pichincha. De ahí en adelante ha triunfado en cada competencia. El cubano Joan Blanco, su entrenador y quien pule su técnica actualmente, considera que Jorge fue un deportista al que la dirigencia descuidó y hasta discriminó. Por eso dejó de representar a Guayas para hacerlo por Pastaza, cuya federación deportiva provincial le da lo necesario para entrenarse. “Es un buen prospecto, tiene muchas cualidades, incluso para convertirse en medallista olímpico. Vamos a presentar un proyecto para que sea incluido en el Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte”, anticipó Blanco a EL TELÉGRAFO. Ahora, con la intención de intensificar su preparación deportiva, Jorge planea abrir su propia empresa de seguridad, con el objetivo de contar con más tiempo para los entrenamientos. (I)
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