La muerte de Carlos Cedeño sigue impune 10 años después
La bengala que mató al niño Carlos Manuel Cedeño Véliz, la tarde del 16 de septiembre de 2007 en la suite 02007 del estadio Monumental, no era convencional. Según las pericias forenses que hicieron la Policía Nacional y la Fiscalía en su momento, se trataba de un artefacto de gran alcance que se utiliza con frecuencia en los barcos que naufragan en alta mar como señal de auxilio.
El aparato se alojó en el pecho y perforó los pulmones del menor que en ese entonces tenía 11 años (ahora tendría 22) y había viajado con sus familiares desde San Vicente (Manabí) para apoyar a Emelec en el tradicional Clásico del Astillero.
El Protocolo de Autopsia #795-DML-2007, elaborado el mismo 16 de septiembre, detalla que el cuerpo de Carlitos, como lo llamaban sus familiares, presentaba un estallido de sus vasos coronarios. Tenía una herida ovalada de 6 por 3 centímetros en su región superior izquierda torácica y del pulmón derecho se le extrajo un objeto de plástico de forma circular, un poco más grande que una tapa de gaseosa.
El 16 de septiembre del año pasado se cumplieron 10 años de la muerte de Carlos Cedeño, y también una década de impunidad. La justicia ecuatoriana no pudo recoger las pruebas necesarias para establecer responsables y nadie nunca pagó una pena por dicho asesinato.
Según consta en el expediente, el 24 de septiembre de 2007 la entonces fiscal de lo Penal de Guayas, Miriam Rosales Riofrío, resolvió abrir la etapa de instrucción fiscal contra 4 hinchas y líderes de la barra Sur Oscura, afín a Barcelona. Se trataba de Darwin R.M., alias el “Abuelo” y líder de la célula Sol Sur; José C.D., supuesto jefe de la barra; Byron E.S., alias “Caín” y quien supuestamente coordinaba la compra e ingreso de las bengalas al estadio; y Luis M.S., alias “Martes 13” y coordinador de la columna Mar Rock. Eso consta en el proceso # 09256-2007-0766 que se tramitó en Juzgado Sexto de Garantías Penales de la Corte Provincial de Guayas.
De acuerdo a este documento, la Fiscalía inició la instrucción fiscal teniendo como antecedentes “varios recortes de diarios de la localidad de diferentes fechas; así como la Noticia Técnica de Inspección, la Inspección Técnica Ocular” y otros partes elaborados por la Policía.
Según el doctor Alfonso Zambrano Pasquel, quien era el abogado de la familia de Carlos Cedeño, la Fiscalía y la Policía no recolectaron las pruebas suficientes para juzgar con más rigurosidad a los imputados. “Solo se recogieron testimonios inexactos y se presentaron recortes de periódicos. No hubo elementos contundentes que demostraran la culpabilidad de los sospechosos. En esa época no había circuito cerrado de video en los estadios del país, por eso resultó imposible identificar entre tanta gente al o los autores materiales del crimen”, explicó el jurista.
La declaración de Anthony N.L., socio de Barcelona e integrante de la agrupación Sol Sur, hizo que las investigaciones se centraran en el “Abuelo”. En su versión, Anthony N.L. detalla que el 16 de septiembre de 2007, a las 19:00, recibió una llamada telefónica de Damián Izurieta, exsocio de Barcelona entre 2004 y 2006 y exmiembro de Sol Sur, quien le dijo que “la bengala que lanzó el ‘Abuelo’ había matado a un niño en el estadio Monumental”.
Después de recoger estas versiones, el Juzgado Sexto de Garantías Penales del Guayas ordenó prisión preventiva para los cuatro implicados, pero solo el “Abuelo” fue capturado cuando se acercó a las instalaciones de la Policía Judicial a un citatorio para declarar como líder de Sol Sur, pero salió en libertad por falta de pruebas.
El dictamen de la Fiscalía, emitido el 4 de enero de 2008, fue acusatorio contra Darwin R.M. y Byron E.S. en calidad de autores; mientras que José C.D. y Luis M.S. fueron identificados como cómplices. Pero las pruebas de la Fiscalía fueron insuficientes para que los cuatro sean llevados a juicio.
El juez noveno de Garantías Penales del Guayas, Aquiles Dávila, dictó auto de sobreseimiento provisional del proceso y el 21 de septiembre de 2011 el Juzgado Sexto de Garantías Penales del Guayas emitió el auto de sobreseimiento definitivo. Seis días después los 14 cuerpos y 1.723 fojas que conformaban la causa fueron archivados. “Literalmente el caso quedó en impunidad”, afirma Zambrano Pasquel.
Tres años después de la muerte de Carlitos Cedeño, la familia y su abogado interpusieron una demanda contra Barcelona por $ 5 millones, argumentando que existió daño moral. Pero esa medida tampoco prosperó.
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